Por siempre, Vaux-le-Vicomte...

Por siempre, Vaux-le-Vicomte...

"Así, podemos decir que lo que vemos en este lugar es la obra maestra del Arte y la Naturaleza unidas. "Madeleine de Scudéry escribió sobre Vaux-le-Vicomte en su novela Clélie, publicada en 1660.

El fabuloso legado

El fabuloso legado

En el siglo XVII, los jardines diseñados por André Le Nôtre para Vaux-le-Vicomte revolucionaron el arte del paisajismo en toda Europa. Porque aquí el genio artístico se combinó con las matemáticas para crear una ilusión, ¡tan poética! Nada se ha dejado al azar, la larga perspectiva que se extiende hasta donde alcanza la vista parece llevar los límites del jardín hasta el horizonte. El trazado de los caminos es perfecto para pasear, con un diseño formal perfecto, lleno de sorpresas y descubrimientos. El agua brota como un cristal fundido y adquiere mil facetas mientras juegas con ella. Arroyos, espejos de agua, cascadas y saltos de agua, torrentes, ríos, canales invitan al visitante a un encantador embarque hacia Citera.

Les broderies, simbolo de transmision

Los jardines son, por naturaleza, efímeros. Víctima de la polilla, el césped de los tazones ha visto marchitarse sus bojes hasta el punto de ser arrancados en 2018. Así, los bordados imaginados por André Le Nôtre y revisados respetuosamente por Achille Duchêne a finales del siglo XIX se ven amenazados. Propietaria del local desde 1875, la familia Vogüé lanzó entonces una convocatoria para la creación de una obra contemporánea "integrada armoniosamente en el paisaje de la finca". Para la generación más joven, la quinta, se trata de "anclar los jardines en un tiempo largo, un ritmo lento, ligado a su misión de preservar, compartir y dar vida a un patrimonio secular". »

Entre el cielo y el agua, las atrevidas

Entre el cielo y el agua, las atrevidas "cintas efímeras" de Patrick Hourcade

El proyecto fue una elección natural porque su diseñador, el artista visual Patrick Hourcade, seguía humildemente los pasos de An-Dré Le Nôtre y Achille Duchêne. Inspirándose en el arabesco, motivo original de los bordados, ha optado por trasladar la línea mediante placas de aluminio ensambladas como una larga cinta de raso. Hoy, animadas por los reflejos del cielo en el metal, evocando también la presencia del agua en Vaux- le-Vicomte, las "Cintas Efímeras" desenrollan sus volutas tan bien sintonizadas con el espíritu del lugar. Una obra que, según el público, da la sensación de haber estado siempre ahí.

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